Estimado lector:

Hoy te asomas a una Página cuya única pretensión es darte a conocer una visión retrospectiva de la actividad literaria que he desarrollado desde mi época de adolescente, cuando  me enamoré de la trasmisión de las ideas o los estados de opinión por medio de la palabra escrita.

Ingresé en el arte de escribir al mismo tiempo que practicaba otra acción muy sugestiva, la lectura, porque este binomio suele ser inseparable ya que se lee y se aprende y luego se trata de comunicar el conocimiento así adquirido por medio de la publicación de los pensamientos.

Escribo desde mi juventud y me temo que, practicando esa experiencia me llegará el postrer momento, si el Divino Hacedor conserva incólume mi capacidad de razonar hasta entonces.

Confieso que todo lo que he llegado a ser en la vida se lo debo a mis queridos libros, mis estudios de Historia, de Derecho y la profesión de donde he obtenido los recursos propios para mantener mi integridad pensante toda mi vida. La impronta que da la cultura me ha abierto muchas puertas y ha limado muchas de las asperezas que se pueden generar en las relaciones humanas, por eso, desde hace muchos años brindo los retazos del conocimiento que he adquirido a todos aquellos que lean mis libros y artículos o me escuchen por la radio. No soy una persona interesada ni ególatra que reserva  para si lo que sabe y no le regala el oído a nadie, más bien al contrario, pienso que si el conocimiento que una persona atesora no se dona con generosidad, al final, no ha merecido la pena el consumo de tiempo que  se ha invertido en conseguirla. La ciencia que se guarda celosamente, se extingue en la nada cuando su poseedor termina su ciclo vital, por eso yo quiero dejar plasmado en mis libros y escritos todo cuanto he aprendido en mi vida, para brindarlo a todo aquel que se asome a ellos o lea mis publicaciones. Te deseo una feliz lectura y si mis artículos o mis libros sirven para incrementar tu cultura o servirte de entretenimiento, he alcanzado el objetivo que me he propuesto.